Pablo Testa, Alexis Mercado
Thanaly Patruyo, Nakary Gómez, Raquel Rengifo
La creación del CONICIT en 1968 constituye un episodio importante dentro de la conformación del sistema nacional de innovación venezolano, pues este organismo dio un impulso importante a las estructuras de investigación mediante la instrumentación de diferentes mecanismos de promoción y subvención a la actividad científica, apoyados en un discurso acerca de la necesidad de desarrollar esta actividad como una herramienta de extraordinaria utilidad social.
El CONICIT desde el principio, asumió como funciones principales la promoción de la actividad científica y la formación de recursos humanos para su desarrollo, perfil que ha mantenido invariablemente a lo largo de su historia, a pesar de diversos intentos por desarrollar políticas que ampliaran el impacto económico y social de esta actividad. En la evolución de este organismo han habido diversos intentos de incorporar la promoción a la actividad tecnológica. Sin embargo, ha carecido de un instrumental metodológico adecuado para su formulación.
Esta tendencia se evidencia al revisar la evolución de los montos destinados a proyectos de investigación científica (S1) frente al financiamiento de proyectos de desarrollo tecnológico desde 1990 a 1997 (gráfico 5). Sin embargo, a partir de 1997 se ha incrementado la base de recursos para la actividad tecnológica, posiblemente por la instrumentación de la política de agendas industriales, fundamentada en la incorporación de nuevos actores dentro del proceso de formulación de proyectos que permite, eventualmente, nuevos agentes de financiamiento.
La gerencia de investigación tecnológica e industrial (GITI), denominada hasta el año pasado gerencia de fomento tecnológico, fue creada en 1974. Desde entonces ha intentado crear espacios de desarrollo en el mundo productivo. El respaldo a la actividad tecnológica, no ha mostrado el mismo dinamismo observado en el programa de financiamiento a los proyectos de investigación científica. Tenemos así que el período 1990-1997 se financiaron 95 proyectos en esta área, menos de la quinta parte de los proyectos S1.
El desarrollo de capacidades tecnológicas demanda un esfuerzo sostenido en el tiempo. Una seria debilidad en el apoyo a esta actividad se observa en los montos promedios de financiamiento a los proyectos de investigación científica y desarrollo tecnológico (gráfico 6). Mientras los primeros se han venido incrementando de manera progresiva y sistemática a lo largo de esta década, el monto promedio de los proyectos de desarrollo tecnológico ha sido extremadamente errático, sin duda una base poco sólida de una política de financiamiento que fomente el desarrollo tecnológico.
Ahora bien, si alguna actividad es proclive de evaluación, esta es la tecnológica. Una evaluación de estos proyectos realizada por el CONICIT, revela que los retornos han sido bajos desde el punto de vista de resultados técnicos (cuadro 6). Sin pasar a establecer juicios de valor con relación al éxito comercial de estos proyectos (hay que recordar que un porcentaje muy pequeño de los proyectos de innovación alcanzan la fase de comercialización) se determina un interesante resultado en términos de la culminación técnica de los mismos (aproximadamente 40 % para los proyectos de centros de investigación y los privados). Estos resultados no pueden ocultar el hecho de que se han obtenido algunos resultados, a pesar de lo reducido que resulta el apoyo al desarrollo tecnológico. No hay que olvidar, que dentro del proceso de creación de conocimientos científicos y tecnológicos, la parte relativa al desarrollo del “artefacto técnico” resulta la fase de creación sensiblemente más costosa.
| Tipo de organismo | Número proyectos | Éxito técnico | % sobre el total | Éxito comercia | % sobre el total |
|---|---|---|---|---|---|
| Centro Investigación Privado | 3 | 0 | 0% | 0 | 0% |
| Empresa Universitaria Centro de Investigación Público | 5 | 2 | 40% | 1 | 20% |
| Sector Privado | 31 | 13 | 42% | 5 | 18% |
| Total | 39 | 13 | 33% | 5 | 13% |
El análisis realizado sobre las instituciones de creación y promoción de investigación científica y desarrollo tecnológico es revelador de una debilidad estructural para la generación de tecnología, que se expresa resumidamente en los siguientes aspectos:
Desde el lado de la oferta:
Desde el lado de la demanda:
En función de esta situación, los organismos responsables deben realizar un esfuerzo muy importante de análisis, evaluación y formulación de política.
Las agendas industriales, parecen ser un mecanismo importante para influir en esta área. Esto en la medida que puede ampliar el universo de actores dentro de los programas de desarrollo tecnológico y, sobre todo, ampliar la base de recursos financieros.
En ese sentido, pensamos que la gran virtud de estos programas, ha sido la ampliación del espacio del concepto de investigación. Los diversos actores de la sociedad, comienzan a percibir que esta actividad no es tan ajena a ellos. Esto puede abrir paso a la participación y a una democratización de las decisiones sobre la innovación y el desarrollo tecnológico.
Por otra parte, el diseño de políticas adecuadas requiere mejorar sustancialmente la capacidad de generar y analizar información acerca de los espacios de investigación científica y tecnológica, pues esto, aparte de permitir un conocimiento continuo de la evolución de los potenciales de investigación, contribuiría sustancialmente con el proceso de evaluación de los programas.