Luis F Marcano González
La ausencia en el ordenamiento legal que norma las universidades autónomas venezolanas (Ley de Universidades y sus reglamentos) de mecanismos para comercializar los resultados de las actividades de investigación que se realizan en su seno, fue desde el inicio, una preocupación para quienes buscaban un vinculo mayor con el entorno. De allí que el IDEC, al ser el primer instituto creado en la UCV con la misión expresa de realizar desarrollo tecnológico, necesitó buscar los mecanismos para llevar sus proposiciones a sus usuarios.
En esta línea de acción, por decisión del Consejo Universitario de la UCV en 1983 y por iniciativa del propio IDEC, fue creada la Fundación UCV, institución con personalidad jurídica propia, bajo la tutela de la propia universidad, y con la finalidad de buscar superar las trabas que tenían algunas de las instancias universitarias para realizar convenios con terceros a fin de prestar servicios y transferir resultados de sus investigaciones. Es así, que a partir de su constitución, la Fundación UCV se convierte en el instrumento de política de la UCV para constituir las figuras más convenientes para transferir los resultados de las investigaciones y potencialidades de la propia universidad al entorno.
Para facilitar aún más al IDEC las posibilidades de colocación en el mercado de los resultados de sus trabajos y la prestación de servicios inherentes al campo de su actividad, por convenio entre la UCV y la Fundación UCV, a finales de 1983, se acuerda crear la empresa TECNIDEC, Sociedad Anónima (S.A.) con la finalidad de que se convierta en el vínculo del IDEC con sus potenciales usuarios. Se le establecen, así, los lineamientos generales de su objeto. En ellos se definió que el propósito de esta empresa sería el de "comercializar los resultados de los trabajos de investigación y desarrollo, así como todas las actividades derivadas de los mismos, realizados por la Universidad a través del IDEC, de la Facultad de Arquitectura".
El 27 de marzo de 1984 fue constituida la empresa y se estableció en sus Estatutos que el objeto de la misma sería:
"Prestar servicios a constructores y productores de insumos para la construcción en relación al mejoramiento de procedimientos, diseño de nuevos componentes o adaptación de productos, construcción de prototipos, producción piloto de materiales, componentes y sistemas constructivos; efectuar estudios en el área de la construcción en relación a la racionalización de procedimientos, normalización de costos, y en general, el desarrollo y comercialización de tecnología en el área de la construcción, así como toda clase de actividades de lícito comercio, ya que la enumeración de los objetivos antes señalados sólo tiene carácter enunciativo y no limitativo" (TECNIDEC, 1984).
Como señala Valero (1988), el objeto definido para la empresa fue bastante amplio y ello podía conducir a desviar el campo de acción para el cual fue expresamente creada. En consecuencia, fue conveniente precisar y acotar el carácter de TECNIDEC y definir los lineamientos sobre los cuales sustentaría su acción para así alcanzar sus metas. A medida que fue desarrollando sus actividades se definió para TECNIDEC su perfil.
En tal sentido, la empresa debe funcionar como:
Detengámonos a analizar el propósito de cada una de estas funciones de la empresa.
a. Comercializadora de tecnología, cuya fuente básica pero no única fuera el IDEC. En este campo su acción se orientaba a promover y comercializar:
Negociar la ejecución de proyectos, según los distintos niveles señalados en los cuatro primeros puntos, constituía en sí más que actividades de comercialización la obtención de financiamiento para el desarrollo de investigaciones cuyos resultados podían quedar comprometidos total o parcialmente, de acuerdo a los convenios que se establecieran sobre el particular. La comercialización de patentes y know how no era otra cosa que la cesión o licenciamiento del use de resultados de investigaciones cuya propiedad está protegida por la ley o cuando el conocimiento constituye secreto de fabricación.
b. Prestadora de servicios
En este campo se incluían la comercialización de procesos tecnológicos y la prestación de servicios de estudios y asesorías, que bien podían agruparse en el área general de servicios, los cuales eran generalmente trabajos donde se aplicarían conocimientos propios o adquiridos y cuya condición más importante sería la correcta interpretación de los mismos.
c. Productora de bienes
La empresa dispuso de una infraestructura que le permitía realizar producciones a un nivel mayor que las consideradas de investigación y experimentales. Dada esta realidad, bien podía programarse y utilizarse tal capacidad dentro de las siguientes categorías:
d. Agente vinculante entre los usuarios a IDEC y otros entes prestadores de servicios en el área de construcción y afines. Esta vinculación garantizaba a los prestadores de servicios obtener el mérito y disfrutar del reconocimiento como generadores de las tecnologías. En los convenios firmados entre los usuarios y TECNIDEC y entre ésta y los prestadores de servicio, la autoría, propiedad de los resultados y condiciones de use estaría perfectamente definidos, con lo que se evitan en el futuro posibles conflictos legales.
Como empresa comercializadora, tenía claro que su acción sería de simple intermediaria y que el reconocimiento debería recaer sobre la institución bajo cuya coordinación se realiza la investigación o el estudio y el mérito científico o técnico en la persona o equipo que lo desarrolla. Todo ello dentro de la convicción de que no sólo los beneficios materiales satisfacen las aspiraciones de los investigadores creativos, el prestigio es en casi todas las circunstancias lo más importante y por ello este aspecto debía ser especialmente atendido.
e. Promotora de su propia imagen institucional y comercial, al igual que de la imagen institucional y generadora de tecnologías: el IDEC. Al ser el IDEC su principal fuente de "productos" a comercializar se debía promover, resguardar y consolidar su imagen era una tarea importante.
Estas cinco funciones de la nueva empresa constituía su perfil. AI precisar de esta forma las actividades básicas de TECNIDEC se evitaba, o al menos se reducían las posibilidades, que la empresa pudiera en algún momento inclinarse a realizar investigaciones directamente con las negativas consecuencias que esto significaba o dejarse llevar por una tendencia manufacturera, aprovechando las instalaciones a infraestructura disponible que conducirían inevitablemente a desvirtuar su objetivo esencial.
En la etapa de su desarrollo futuro todo el esfuerzo se concentrará en la organización interna de la empresa y en conocer el mercado al cual debería servir, en precisar los "productos" con los cuales concurriría a dicho mercado y la estrategia de comercialización a emplear. Muy importante sería para la empresa conocer el inventario disponible de resultados comercializables y más importantes aún conocer la potencialidad "productora" del IDEC y de otros entes o profesionales a las cuales pudiera recurrir en caso necesario.
Se conocía por experiencia las limitadas posibilidades de comercializar tecnología de origen nacional (Roffé, 1986); por lo tanto, parecía que una forma viable para la generación de recursos sería la producción comercial con los controles y bajo las condiciones señaladas. Con lo cual, sin renunciar ni desviar el espíritu mismo de ser de la empresa, su acción se traduciría en la generación de beneficios que al trasladarse a la investigación, constituía su mejor y real aporte y no meras intenciones y deseos.
Se postularon, entonces, principios muy sencillos para guiar su acción: la empresa no sustituía al IDEC, éste estaba por encima de aquella; la empresa no hace competencia desleal con los egresados de la misma universidad, no se realizarán actividades sin la justificación necesaria desde el punto de vista institucional; el trabajo de la empresa tendrá que ser de primera calidad, no podrá darse la paradoja de servicios o proyectos generados por la universidad con calidad inferior a los disponibles en mundo profesional.
En realidad, pocos fueron los principios, pero era el inicio de la primera acción consciente desde la UCV en la dirección de tratar de transferir resultados de I & D al entorno social y económico venezolano. La experiencia ha sido muy interesante y aleccionadora. Veamos, pues, cómo ella se materializó.